jueves, 27 de septiembre de 2007

Algunas palabras muy importantes para el día de hoy

Para compartir:
Algunos fragmentos muy interesantes de un escrito de Martín Lutero, echo en el año 1524: La necesidad de crear y mantener escuelas cristianas.

"Siempre tendrá que haber gobierno civil. ¿Habremos de permitir que sólo nos gobiernen hombres palurdos y groseros, si podemos enmendar la situación? Sería por cierto una actitud estúpida e insensata. De este modo bien podríamos dejar que los puercos y lobos se constituyan en señores y gobiernen sobre quienes no procuran ser gobernados por hombres. También es perversidad inhumana no pensar más allá de esto: "Nosotros gobernaremos ahora; ¿qué nos importa lo que suceda a los que vienen después?" Semejante gente, que solo busca en el mando su propio beneficio y honor, debiera gobernar a puercos y perros, y no a hombres. Aun cuando se aplicase sumo empeño en educar para el gobierno sólo a personas capaces, doctas y hábiles, con todo habría que esforzarse y preocuparse de que todo ande bien. ¿Qué sucederá si no se hace nada en este sentido?" p. 26

"Aun cuando como hemos dicho no hubiera alma y las escuelas y lenguas no fueran necesarias por causa de la Escritura y Dios, sería motivo suficiente para establecer en todas partes las mejores escuelas,, tanto para niños como para niñas, el solo hecho de que el mundo necesita hombres y mujeres hábiles y capacitados para mantener exteriormente su estado temporal; los hombres, para gobernar debidamente el país y al pueblo; las mujeres, para educar y atender adecuadamente la casa, los hijos y los criados. Pues bien, esos hombres deberán surgir de entre los niños, y esas mujeres de entre las niñas. Por eso, es menester enseñar y educar a los niños y niñas en la debida forma para esa finalidad. Ya dije antes que el hombre común no hace nada, no puede, no quiere, ni sabe. Deberían hacerlo los príncipes y señores; pero éstos se pasean en trineo, beben y asisten a mascaradas, y están muy atareados con eminentes e importantes negocios de bodega, cocina y alcoba. Aunque algunos lo harían con gusto, tienen que cuidarse de los demás, para que no se los considere necios o herejes. Por consiguiente, amados concejales, el asunto queda sólo en vuestras manos, tenéis para esto mejor posibilidad y derecho que los príncipes y señores." p. 34

"Pero tú dices: "Cada uno puede instruir él mismo a sus hijas e hijos,, y criarlos en disciplina". Contesto: Salta a la vista en qué consiste esta instrucción y educación. Aun cuando este tipo de educación se haga a la perfección y con todo éxito, no pasa de cierto decoro superficial impuesto. Por lo demás, siguen siendo los mismos zopencos incapaces de hablar de ningún tema, ni de ayudar a aconsejar a nadie. En cambio, si los instruyésemos o los educásemos en escuelas u otras instituciones donde haya maestros o maestras doctos y capacitados que enseñen idiomas, y otras artes e historia, llegarían a conocer los hechos y dichos de todo el mundo, lo que sucedió a las diferentes ciudades, reinos, príncipes, hombres y mujeres. Así, en poco tiempo podrían colocar delante de sí, como un espejo, el modo de ser, la vida, los consejos, los propósitos, éxitos y fracasos, de todo el mundo desde el principio, en base a lo cual podrían orientar su propio pensamiento y ocupar su lugar en el devenir del mundo, con temor de Dios. Además, de esa misma historia podrían sacar el conocimiento y la sapiencia de lo que debieran buscar y evitar en esta vida exterior, para luego aconsejar y dirigir a otros en consonancia. En cambio, la educación que se efectúa en el hogar, sin tales escuelas, intenta hacernos sabios por experiencia propia. Antes de que se logre, habremos muerto cien veces, y durante toda nuestra vida habremos hecho todo sin reflexión; porque lleva mucho tiempo adquirir experiencia propia." p. 34

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