viernes, 14 de marzo de 2014

Las obras faraónicas y la esclavitud de un pueblo - Dia mundial del no a las represas

En el Antiguo Testamento encontramos la maravillosa historia de un pueblo que se rebela y empieza a luchar en contra de la opresión del Faraón de turno. En aquél tiempo los faraones no eran elegidos sino escogidos a dedo por el que detentaba el poder. No había internas partidarias ni mucho menos participación del pueblo. El gobierno faraónico simplemente se preocupaba por las grandes obras y construcciones que podía hacer.

Su ganancia estaba allí, poder movilizar muchas personas (esclavas) para hacer lo que se le antojaba con los fondos recaudados injustamente. Encontraban lugares privilegiados por la naturaleza para hacer sus grandes obras, hacían cruces (digo pirámides) en lugares turísticos y también controlaban el acceso con sus concesiones a los lugares que eran de todos (a los oasis, no dije cataratas). La historia no tenía muchos cambios, muchos del pueblo (esclavo) alababan la bondad del faraón y de su pitonisa.

Al faraón de aquella época se le ocurrió ajustar la ración de comida que le proveía a los esclavos, tenían que rendir más y en paz con la disminución de la misma. Con la ayuda de su pitonisa principal hizo un acuerdo y toda una puesta en escena de lo bueno que estaba siendo con sus esclavos y súbditos.

He de aquí que las raciones (sueldos) quedaron tan chicas que ya no alcanzaban para llenar el pequeño plato que tenían los esclavos, el hambre y la imposibilidad de cumplir con sus compromisos de comida (no dije tarjeta de crédito, préstamos ni mucho menos impuestos y servicios atrasados). Los murmurios empezaron a aumentar, el mal estar entre los esclavos empezó a gestarse. El faraón, muy perspicaz, inmediatamente aumentó la ración a sus soldados para así tenerlos de su lado y fieles a sus órdenes (tampoco le dio tanto – pero algunos se creyeron ya semi-faraones).

Empezaron a organizarse y a poner en evidencia que la situación no daba para más. El índice de suicidio y de personas angustiadas por la apremiante situación era cada vez más grande. Le avisaron al faraón y a sus generales (no dije ministros) que no podrían seguir de esta forma, se plantaron en la entrada de la ciudad en dónde vivía el faraón pidiendo que viniera a hablar con ellos y a ponerse al tanto de lo que estaban pasando. En su palacio el faraón gritaba a sus subalternos, gesticulaba y vociferaba palabras innombrables hacia los esclavos que ya no querían más cumplir con este rol y tampoco estaban contentos con lo que él les “daba”.

Envió a sus soldados enmascarados y sin ninguna identificación, que con celeridad y premura detuvieran a los/as cabezas de tamaño disparate. Lo habían dejado aislado por más de 6 horas, algo inconcebible, no aceptable. No le importaba los años, meses, semanas y días que los esclavos venían padeciendo tal situación. Le importaban sus “privaciones”. ¡Pobre faraón!, ¡pobre faraón! Estaba tan triste que ni se animaba a volar en su pájaro volador, toda una demostración de poder y soberanía hacia sus esclavos. Lo había adquirido con la gran economía que había hecho en las raciones de los esclavos y ahora le entristecía volar sobre él y ver a los esclavos reclamando.

Gente desubicada, si los hubiera, eran estos/as esclavos. Consultó y congenió con su rubia y frondosa pitonisa de cómo hacer para que aquellos volvieran a sus lugares de “trabajo”. La rubia pitonisa envió a varios/as delegados a empezar a amenazar y a intimidar a los esclavos, además les mando decir que la ración se quedaría más chica todavía.

Los esclavos soportaron a los perros, caballos y soldados del faraón y no dejaron de poner sus voces en lo alto exponiendo los abusos sufridos. Como de gobernar no sabía mucho el faraón, pues pensaba que solo lo que era de él y de algunos más era lo que importaba, no lograba entender como los esclavos no estaban contentos con todo lo que él les “daba”. Incluso le hizo un listado, tipo almacenero, para explicarles a los esclavos por qué las raciones se habían achicado.

Gente terca eran estos/as esclavos/as, cuanto más se les reprimía, amenazaba, más se levantaban y más protestaban, aparte aquellos que habían quedado conformes con las migajas (del arreglo del faraón con la pitonisa) empezaron a abrir sus ojos y a darse cuenta de lo que en realidad les estaba pasando.

Los faraones dejaron el ejemplo de la tiranía y de la crueldad en sus gigantescas obras. La pirámide de Yaciretá y los proyectos de Panambí y Garabí fueron su gran legado para la historia. Muchos hasta hoy hacen viajes al lejano valle del Paraná para ver lo absurdo de las obras que habían realizado, algunos se maravillan pues sus cuentas monetarias crecen y crecen.

En el día mundial por el no a las represas puedo decirles, hermanos/as que es el momento de buscar liberarnos de estas fuerzas y lógicas faraónicas que tenemos sobre nuestras cabezas. Como ciudadano y pastor evangélico luterano les invito a poner todos los esfuerzos para que estos faraones post-modernos, que sobrevuelan nuestras cabezas con costosos helicópteros, sean momificados por nuestro compromiso y lucha.

Decía Hegel, un filósofo alemán, que al fin y al cabo uno solo es esclavo si uno mismo está convencido que esta es la única realidad y la asume como tal; si no está convencido y no la asume como tal a esta realidad uno es libre y puede transformarla. Al que recibe una migaja más que todos/as que no festeje pues sigue siendo esclavo/a aunque tenga un pequeño beneficio del mal que pasan otros.


Que Dios que nos da la vida y Cristo Jesús que nos invita a asumir nuestra humanidad nos ayude con su Espíritu Santo a levantar nuestras cabezas, sacudir esta esclavitud de nuestros hombros y generar una sociedad distinta; que esta gracia nos llame a comprometernos con la libertad y liberación.

jueves, 6 de marzo de 2014

Cuando el poder no tiene límites!

En la provincia de Misiones el poder de turno no tiene límites. En el día de hoy hemos vivido una jornada más de atropello y de represión en plena democracia. Policías y gendarmes sin identificación y fueron enviados a desarmar la protesta y el corte de ruta que se hacía pacificamente en el día de hoy sobre el puente del arroyo Garupá, cerca de Posadas, la Capital Provincial.

Es impresionante el despliegue de las fuerzas, con caballos, perros, batallón de choque y camiones de bomberos para "desalojar" la ruta por un supuesto mandato de un juez federal.

Si una fuerza pública se presenta con sus miembros sin identificación ya está cometiendo una falta a la ley y por lo tanto no podría estar haciéndolo.

Nora DeDieu, entre otros 20 líderes de agrupaciones sindicales y sociales fueron individualizados y directamente "capturados" por las fuerzas de seguridad. 

El gobierno de turno en Misiones tiene bien aceitado todo el aparato judicial, tanto el provincial como el "federal" que a un mínimo levantar de manos de los "todo poderosos" hacen lo que se les dice, sin dudas y como buenos y obedientes pinches de los manda más.

No hace mucho tiempo que por una cuestión específica de nuestra Iglesia un juez federal anduvo con su señora, funcionaria de este gobierno de turno, recabando firmas para hacer una solicitada en un diario provincial, en contra de nuestra comunidad, de nuestra iglesia y de nuestra persona. 
Hay personas en el poder judicial provincial y federal que no se prestan a estas jugarretas y así también las pasan, mal, sin presupuesto y con los juzgados atiborrados de expedientes. No se puede hacer una generalización ni una condena por algunos pocos que han vendido sus principios éticos y profesionales para "quedar bien" con el poder y recibir algunas migajas. Desde los tiempos bíblicos los profetas ya anunciaban a estos que "tuercen los juicios
" en contra de los pobres y humildes.

La fuerza en la protesta se hizo sentir y el paro docente fue contundente en gran parte de la provincia, escuelas enteras no tuvieron maestros y/o profesores en el día de ayer, tampoco los tendrán en el día de hoy (5 y 6 de marzo de 20014). Cada vez más personas dejan de tener miedo al miedo y ponen su voz para reclamar sus derechos y buscar mejoras en su desarrollo personal y en el servicio a la comunidad.

Caen también las máscaras de aquellos que justifican, de alguna forma, el desalojo brutal y represor de los manifestantes; es que también están condicionados por la billetera de este poder que ha comprado y sigue comprando con obras, prebendas y pauta pública puesta como noticia a personas, medios e instituciones que tenían cierto renombre en el ámbito social y provincial. Al venderse por "un plato de lentejas" pierden credibilidad, respeto y objetividad; ganan en el ámbito privado y con esto se enriquecen de forma espuria.

Mi especial solidaridad con:
1. Bogarín Víctor Oscar
2. Rojas Isabelino Andres
3. Lugo Carlos Daniel
4. Miño Gustavo
5. Genero Diego Hernán
6. Loza Lucas Juan Manuel
7. Álvez Sergio Cesar
8. Vera Hugo Alejandro
9. Fidela Alejandro María José
10. Duarte Jorge
11. Militz Liliana
12. Fariña Víctor Cesar
13. Benítez Enrique Ismael
14. Rosenfeld Víctor
15. Ortega Germán Guillermo
16. Rosemberg Victoria
17. Brítez Magno Buenaventura
18. Antúnez Juan
19. Barrios Rufino Oscar

estas valientes personas que fueron "demoradas" y ahora ya liberadas por la fuerza pública. No nos cabe dudas que fueron individualizados y "cazados" uno por uno pues representan un poder que no puede ser comprado ni mercantilizado: el poder de aquellos/as que reclaman con dignidad una paga justa y desnudan los engaños oficiales y oficialistas del poder de turno.

Bien por ellos/as y por todos/as aquellos/as que se comprometen con una sociedad más justa, digna y solidaria. Que el Dios de la vida y de la misericordia los siga amparando cada día más y que entre todos/as podamos generar una sociedad más justa en donde estos actos de cobardía del poder no tengan más lugar ni asidero.