jueves, 23 de septiembre de 2010

El baile del “feo” o del “lindo” – Acepción de personas una lógica de sociedad y de gobierno

Para muchos es causa de escándalo, no que se haga lo que se ha llamado ya por 5 ediciones el Baile del Feo, sino que se publique y que se diga que esto está mal y que es discriminación. Ya en Deuteronomio 16:19 y en 2 Crónicas 19:7, hace más de 5 mil años, el pueblo de Dios conectaba la acepción de personas con la corrupción: soborno y cohecho son las palabras que acompañan.

Como decíamos, no es escándalo que se haga, sino que se publique, porque si no mucho antes ya se habría hecho eco la sociedad de tal realidad. Siguiendo la misma lógica podríamos decir que es parte de la realidad, está naturalizado, un sin número de discriminaciones y de acepciones de personas que se hacen desde el espacio que tendría que buscar el bien común. ¿Qué municipio en la provincia tiene establecido un sistema de concurso público para elegir sus empleados? Allí también los “feos” (los que no tienen padrinos y o pinches) son relegados y puestos de lado; en el ámbito provincial en los 3 poderes las contrataciones tienen que ver más con la dedo-cracia (puestos a dedo) que con procesos transparentes y eficientes.

Muchos de los “feos” tampoco podemos acceder a un buen servicio de salud pues se está sistemáticamente privatizando el ámbito público. Y, pobre del magistrado que intente administrar justicia de acuerdo a un sentido de la justicia mismo (por más redundante que parezca); que lógicamente estará en desacuerdo con los poderes de turno, a este lo hacen bailar con un ¡juicio político! Pero muchos son los “lindos” y ensalzados por la lógica dominante, siempre que su obsecuencia ayude cada vez más a acumular el poder.

El texto bíblico es muy sabio al conectar la acepción de personas con lógicas de soborno y de cohecho, pues no sobrevive lo uno sin lo otro. Ante Dios todas las personas estamos en situación de igualdad. El desafío para la sociedad es que podamos acercarnos cada vez más a este ideal de igualdad construyendo elementos de control social independientes y que no estén sujetos a la lógica misma del estado.

En el discurso de la Genealogía del Poder, Michel Foucault pone bien en claro las construcciones de poder a partir de la acepción de personas. El poder político está construido en base al sostén económico y racial, de aquellos/as que siempre estuvieron por “arriba”. Desde la época de los faraones hasta los gobiernos actuales siempre “las familias” han disputado este poder.

Misiones no escapa a esta lógica, la disputa entre “familias” apareció en EMSA; también otras “familias” están enmarcándose en esta escalada de “construcción de poder”. Incluso es muy evidente el discurso de las razas y del “crisol de razas”, otro hito más de la discriminación y de esta construcción de poder.

Por esto muchos no pueden ver que está fuera de contexto, de la historia y de una sociedad democrática este tipo de “bailes”, pues la música que escuchamos todos los días anima muchos de estos bailes. ¿Qué “feo”? ¿No?