martes, 20 de noviembre de 2007

Estructuras de pensamiento o pensamientos estructurados

En el desarrollo de la tarea cotidiana uno empieza a conocer y a identificar ciertas estructuras de pensamiento que nos definen como comunidad y también como cristianos. Es algo muy interesante analizar las estructuras de pensamiento importadas de ideologías y también de otras religiones asumidas como parte del sitz in leben de muchas comunidades, familias y personas.

Quizás podríamos empezar a generar formas distintas de pensar, o sea, desestructurar los pensamientos internalizados como estructuras fijas y estanques pues las mismas nos tienen aprisionados y muchas veces no permiten vislumbrar el contexto y la realidad de forma distinta.

Es muy importante para aquellos/as que han recibido una formación teológica basada en métodos “científicos” pasar la misma por otras ópticas y empezar a repensar las construcciones de discurso y de interpretación de la realidad. Hablando desde el llano podríamos hacer la analogía con un juego de cartas: barajar y repartir de nuevo pero con otro tipo de cartas y con un juego generador de nuevas incógnitas.

Desde el cristianismo podríamos decir que este tipo de desestructuración y reconstrucción creativa de las formas de pensar podrían ser llamadas de conversión. Es a esta metanóia (este cambio de mentalidad), a este cambio de estructuras de pensamiento que somos llamados/as todos los días. Quizás la forma de leer la realidad hecha por Martín Lutero hacen ya más de 400 años hoy tendrían que ser resignificadas y repensadas en nuestras comunidades eclesiales. También nuestras formas celebrativas y cúlticas podrían pasar por esta conversión y generar así una metanóia constante en nuestro quehacer como comunidades insertas en un mundo lleno de cambios.

Para los que estamos acostumbrados a la vorágine informática podríamos llegar a hacer la relación entre dos lógicas y formas distintas de hacer lo mismo, la estructura monolítica y corporativa del sistema operativo windows y la propuesta comunitaria de generación (entre todos) del sistema linux. Se podrían comparar estas dos formas de trabajo como espejos de nuestras comunidades (aunque todas las comparaciones tienen muchos límites pueden develar la estructura de pensamiento también teológica por detrás de las mismas, pueden verla de forma más concreta en http://www.kriptopolis.org/por-que-abandone-gnu-linux), y el interés demostrado por cada uno de nosotros en debatir las prácticas y formas de trabajo “tradicional” en nuestro medio luterano.

La cuestión principal, a mi modo de ver, tiene que ver con los conceptos de verdad y libertad ya ultrapasados y caducados por esta realidad en la cual vivimos. Las formas de construir e interpretar la realidad desarrolladas por los/as jóvenes en la actualidad nos hacen ver que ya estamos quedando para tras. El concepto de grupo y de comunidad para ellos ya es totalmente distinto pues los condicionantes que teníamos nosotros hace no mucho también eran muy diferentes; las cuestiones de afinidad por interés y el pragmatismo son bastante fuertes pero también la motivación por actividades solidarias y comunitarias hacen lo suyo.

Es muy difícil para nosotros/as, los/as “profesionales de la teología”, recuperar el nuestro ímpetu e impulsos que hemos perdido a lo largo de los años para hacer de nuevo el ejercicio y el cambio que se nos plantea. Cada día más se nos encuentra tentados a huir de una realidad que ya no entendemos más pues no la dominamos como antaño y recluirnos en un espiritualismo místico desconectado del mundo para así generar un espacio en dónde estamos seguros. Muchos/as estamos acostumbrados/as a incentivar a que las personas piensen y razonen (pero siempre dentro de los parámetros que nos mantienen cómodos – la vaca pasta hasta dónde alcanza la soga), pero cuando se nos subvierten estas estructuras de pensamiento, el teológico también, se nos encuentra retenidos en un ultraconservadurismo que hasta nosotros/as mismos/as tenemos muy en claro y lo hemos criticado muy fuertemente.

Abrir las puertas y ventanas de nuestras estructuras de pensamiento y a partir de allí encontrarnos nuevamente “perdidos” en el mundo y en la realidad creo que es el primer ejercicio para así encontrar a este Cristo que intenta cambiar el mundo y la realidad siempre invitándonos a “reconfigurarnos”.

Hay un roquero brasileño que había hecho una música y en ella había una expresión que siempre me llamó mucho la atención y para terminar la comparto:

“No piensa, no piensa, no piensa… hicieron un agujero en tu cabeza.”

Paz y bien para todos/as.

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