Si los/as ciudadanos/as no se hacen cargo de la búsqueda de
sus derechos y de que el estado cumpla con sus funciones, muchos menos algún
gobierno va a preocuparse genuinamente por el cumplimiento de los mismos. Es un
rol de la ciudadanía el reclamo por la ausencia de estos derechos y también, de
otros incumplidos.
Las pautas publicitarias de muchos medios está bien “rellena”
con el marketing de los derechos humanos, mientras la ciudadanía crédula no
despierta y empieza a ejercer sus derechos. Lo paradojal de la situación es que
con lo recaudado de nuestros impuestos se hace propaganda para decirnos que los
derechos (incumplidos e insatisfechos) humanos son parte de las acciones de
gobierno.
Hablando en criollo: contratamos una persona para hacer un
trabajo, ella nos hace una propaganda con parte de lo que le pagamos, le
creemos y no vamos a verificar si el trabajo está o no hecho. En lo privado
esto no pasa nunca, si llegara a pasar es casi garantizado que las denuncias
por estafa serían inmediatas. A nivel público el control es casi nulo y las
acciones y/o inacciones de los que tienen a cargo el gobierno son hechas de
acuerdo a sus conveniencia$. Esto sin hablar de lo que se gasta con propagandas
para convencernos que “están haciendo”.
“Para muestra basta un botón” dicen algunos, acá tenemos la
botonera completa y, lamentablemente, nos falta espacio para enmarcar todas las
falencias. Se hacen propagandas por las grandes inversiones de una gran
hidroeléctrica mientras pagamos la energía más cara del país; hay un programa
de “hambre cero” pero cada vez más niños/as en situación de vulnerabilidad y
sus progenitores sin trabajo digno; Golemba desaparecido hace ya 3 años no es
encontrado mientras un gran empresario de posadas es encontrado al poco tiempo
de su desaparición; Marilyn Bárbaro y otros todavía esperan justicia mientas
familiares y parientes de los “de turno” son acomodados en varios estamentos de
la justicia misionera; grandes extensiones de tierra están en manos de transnacionales
mientras los pequeños son expulsados hacia las periferias de las grandes
ciudades; en Oberá se han gastado muchos millones para buscar agua y la población
sufre en el día a día por estar sin agua: nadie renuncia ni mucho menos es
procesado. No nos alcanza el espacio para seguir las descripciones de la “botonera”.
Este año, nuevamente habrá elecciones y no se puede
vislumbrar ningún movimiento serio que pueda hacer oposición, porque la
oposición y la búsqueda de pensamientos distintos y formas distintas de
gobierno hace bien a la democracia, ya que aparecen siempre los mismos, tanto
de un lado como de otro como candidatos y “dirigentes” que “deciden” (para no
decir mandan) lo que se va hacer y como lo van hacer.
Es momento de la ciudadanía empezar a movilizarse y a usar
una vieja técnica humana de premio castigo para empezar a generar cambios en
nuestra sociedad para que realmente podamos dejar de ser iludidos con
propagandas que no son nada más que solamente propagandas. Que Dios nos ayude a
iluminar nuestro entendimiento y ejercitar el discernimiento.
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